Tu piel te lo pide a gritos
- 10 febrero 2015
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- Belleza
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Las mascarillas que encontramos en el mercado farmacéutico contienen principios activos concentrados para tratar, tanto las capas superficiales de la piel (epidermis), como las profundas (dermis). Para ello contienen excipientes que vehiculizan estos principios activos y permiten la función de la mascarilla. Es por esto que las mascarillas caseras carecen de cosmeticidad y dificultan los beneficios asociados a alimentos que a nivel tópico, por sí solos, no tienen la función esperada.
Dependiendo de los principios activos que contenga la mascarilla ésta será apropiada para una función concreta, al igual que su indicación será para un determinado tipo de piel.
En este cuadro resumen encontrarás las aplicaciones más habituales:
Te recomendamos que si tienes la piel grasa evites el uso de mascarillas hidratantes así como si la tienes seca, sensible o reactiva evita usar las purificantes.
¿Cómo aplicar las mascarillas?
Al ser un producto de tratamiento, el uso de las mascarillas se reduce a una o dos aplicaciones semanales, salvo indicaciones específicas en el envase o bien según necesidades de la piel. Por ejemplo: una piel con sensación de disconfort, tirantez, sequedad… puede usar una mascarilla hidratante en sustitución de la nutritiva de noche durante un período de 15 días.
Por norma general, para una correcta aplicación, sólo debes seguir 3 sencillos pasos:
- Limpia el rostro con tu gesto de higiene habitual
- Con la piel bien seca, aplica un exfoliante para retirar las células muertas y que la mascarilla penetre mejor. Retira con agua templada y vuelve a secar la piel.
- Aplica la mascarilla escogida por todo el rostro con ligeros toquecitos y con un grosor suficiente. Evita el contorno de los ojos a excepción de las mascarillas indicadas para ello. Déjala actuar unos 20 minutos y retírala con abundante agua templada. A continuación, con un disco de algodón, ejerce ligeros toquecitos con tu tónico para equilibrar la piel.
Tu piel ya está preparada para seguir recibiendo el tratamiento cosmético habitual.
