Cómo controlar los lunares y prevenir el melanoma
La prevención es la clave de una piel sana, y el control de nuestros lunares y manchas es el primer paso para evitar lesiones causadas por el sol, que, en ocasiones, pueden derivar en enfermedades más graves como el melanoma. ¿Quieres saber cómo prevenirlo y conseguir un bronceado libre de riesgos este verano? Toma nota de nuestros consejos y disfruta del sol de forma segura.
¿Qué es el melanoma y cómo detectarlo?
El melanoma es el tipo de cáncer de piel más grave, un tumor que afecta a las células pigmentarias de la piel y que hace que estas crezcan y se dividan de forma descontrolada. Por suerte, el melanoma rara vez llega sin avisar, así que hay que estar muy atento a las señales que nos envía la piel y controlar la aparición o crecimiento de lunares cancerígenos y manchas solares.
Además, es muy importante que sepas cómo escoger la protección solar más adecuada para tu piel para evitar quemaduras y otras lesiones que pueden derivar en melanoma.
El melanoma se manifiesta de diferentes formas y hay que estar atento a los cambios que se produzcan en nuestra piel. Los primeros síntomas pueden ser alteraciones en los lunares ya existentes o la aparición de nuevos lunares, además de pecas o manchas que antes no estaban. Se debe poner especial atención en los lunares de nacimiento de gran tamaño pues son los que tienen más riesgo de convertirse en melanoma.
Tipos de cáncer de piel
Para poder entender que es el melanoma hemos de saber que existen dos tipos de cáncer de piel:
- El melanoma pese a ser la forma más grave, es la menos frecuente. Este tipo de cáncer de piel se produce cuando los melanocitos, que producen la melanina y determinan el color de la piel y el cabello, se transforman en células cancerosas.
- No melanomatoso: este tipo de cáncer de piel no se produce en los melanocitos, sino que se genera en la epidermis, que es la capa externa de la piel. Esta lesión es menos grave pues, además de responder mejor al tratamiento, en raras ocasiones se convierte en metástasis. Los tipos más comunes de esta tipología de cáncer de piel son el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas, ambos localizados en la parte más superficial de la piel.
Factores de riesgo del melanoma
Existen varios tipos de factores de riesgo a tener en cuenta para prevenir el melanoma. Algunos dependerán de nuestros hábitos pero otros son ajenos a nuestro control como la edad o los antecedentes familiares. Los principales son:
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- Tener la piel clara aumenta el riesgo de la aparición de melanoma, aunque eso no quiere decir que alguien con piel oscura no pueda padecerlo. Debes tener especial cuidado si:
- Tienes piel clara que se pone pecosa y se quema fácilmente, no se broncea o se broncea con quemaduras o lesiones.
- Tus ojos son de color azul, verde o de otro color claro.
- Ser pelirrojo o rubio.
- Estar expuesto a luz solar natural o a la luz solar artificial, como la de las cámaras de bronceado, durante largos períodos de tiempo.
- Tener la piel clara aumenta el riesgo de la aparición de melanoma, aunque eso no quiere decir que alguien con piel oscura no pueda padecerlo. Debes tener especial cuidado si:
- Estar expuesto a ciertos factores como la radiación, los disolventes o el cloruro de vinilo en el ambiente.
- Tener antecedentes de quemaduras de sol con ampollas, especialmente en la niñez o la adolescencia. La piel tiene memoria y aunque ahora la cuidemos puede arrastrar lesiones anteriores.
- Tener varios lunares grandes o muchos pequeños.
- Tener antecedentes familiares de lunares anormales, es decir, síndrome de lunar atípico.
- Tener antecedentes familiares o antecedentes personales de melanoma.
No olvides que el uso de protección solar es la primera medida preventiva para controlar estos factores de riesgo. Además el uso de una crema adecuada a nuestro tipo de piel nos asegurará conseguir una epidermis libre de lesiones y un bronceado más bonito y sano.
¿Cómo puedo controlar mis lunares?
El ABDCE del los lunares nos puede ayudar a recordar cómo debemos controlar la evolución de nuestros lunares y los factores que debemos tener en cuenta:
- Asimetría: el contorno de un lado del lunar no es igual al otro lado.
- Bordes: desiguales, borrosos o irregulares
- Color: variable y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela
- Diámetro: hay cambios en el tamaño, por lo general se vuelven más grandes.
- Evolución: cualquier cambio en el lunar en las últimas semanas o meses. El sangrado o picazón también pueden ser señales de alerta.
El siguiente cuadro resume de forma gráfica las diferencias entre un lunar normal y un melanoma:
Sin embargo, el consejo más importante es observar de forma habitual los lunares de nuestro cuerpo para ver si han sufrido cambios. Un autoexamen delante del espejo cada tres meses será suficiente para detectar irregularidades en la piel. Ante cualquier duda o consulta, acude a una especialista y él podrá asesorarte sobre tu caso.
[…] puede hacer variar su tamaño y color incluso llegando a derivar en un cáncer de piel o melanoma, de ahí que sea tan importante protegerlos correctamente de la luz […]